Con el término inglés plug-in se hace referencia normalmente a distintas funciones optativas que mejoran el funcionamiento de otros programas, de los que dependen, o que les dotan de pequeñas nuevas capacidades.
En internet, esta palabra suele hacer referencia a dos conceptos: al complemento necesario en un navegador web para poder ver o ejecutar material multimedia de distintas fuentes (por ejemplo, para ver los vídeos de YouTube, es necesario descargar el complemento para Flash de Adobe) y a los accesorios (también llamado en inglés add-on) que mejoran o amplían las funciones del propio navegador.
Además de por complemento, en algunos casos también se puede traducir por extensión.