En español ya hay algunos casos de femeninos formados a partir de participios activos terminados en -nte: cliente/clienta, presidente/presidenta, dependiente/dependienta, asistente/asistenta, etc.

En el caso de gobernante/gobernanta ocurre lo mismo que con asistente/asistenta: que al cambiar de género se cambia de significado.

Y si hasta ahora el oficio de ‘gobernanta’ solo lo desempeñaban mujeres y ya empieza a haber hombres en él, habrá que hacer el masculino ‘gobernante’; en su caso «gobernante de cocina». Pero cuando sea una mujer no hay que mantener «la gobernante», sino usar su femenino tradicional «la gobernanta».

En cuanto a la ortografía, debemos puntualizar que esas palabras (gobernante y gobernanta) se escriben con minúscula inicial.