La primera (inicuo) es algo o alguien ‘contrario a la equidad’, o alguien ‘malvado, injusto’, mientras que la segunda (inocuo) significa que ‘no hace daño’.
No es, pues, adecuado hablar de «productos inicuos», «sustancias inicuas» o «alimentos inicuos» cuando lo que se pretende es informar de que se trata de productos sustancias o alimentos que no hacen daño a quien los ingiere, es decir, son inocuos.