En principio, ver y oírse refieren a la recepción de estímulos externos por parte de los sentidos: ‘percibir por los ojos los objetos mediante la acción de la luz’ y ‘percibir con el oído los sonidos’, respectivamente.
Mirar y escuchar, en cambio, indican un acto del sujeto: ‘dirigir la vista a un objeto’, ‘prestar atención a lo que se oye’.
No obstante, ya desde antiguo se usan ver y oír con los sentidos de mirar y escuchar (y a la inversa), y no se considera incorrecto. La elección puede depender del lugar o de giros concretos.