Para referirse al varón que ha alcanzado la madurez según el rito judío, lo usual es emplear la españolización (el) barmitzvá, y el femenino (la) batmitzvá para hacer referencia a la mujer.
Se escriben con minúscula tanto en este uso como si se emplean para designar el rito que tiene los mismos nombres.
En cuanto al plural, hay quien le añade una ese a la segunda palabra y quien la deja invariable.