El problema con esa letra es que las palabras que la incorporan tienen principalmente dos orígenes, uno germánico (Wamba, wolframio, Wenceslao) y otro anglosajón (web, washingtoniano, waterpolo).
En el primer caso, la uve doble se pronuncia en español como una uve o una be, y en el segundo, de forma similar a como la pronuncian los anglosajones. También se pronuncia de esta última forma en las palabras de orígenes distintos a los anteriores pero que nos han llegado a través del inglés (kiwi, wapití, wampum).