Mientras que los femeninos en –a que corresponden a nombres masculinos acabados en –o son muy frecuentes (la maestra y el maestro, la socia y el socio), es insólito que se forme un nuevo masculino a partir de un masculino ya existente. Una de las pocas excepciones es el paso de el modista a el modisto, pero en general no se pasa de una forma como el pediatra (que es masculino) a *el pediatro (que también lo es). En alguna ocasión se ha creado un masculino a partir de un femenino, como el azafato de azafata o el matrón de la matrona.
Últimamente escucho a mucha gente que lee los años en bloques: «veinte treinta» en...
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