La tasa de mortalidad es la proporción entre las muertes ocurridas en país, región, provincia… y su población total y suele medirse en tantos por mil, diezmil, cienmil o un millón de habitantes. Por ejemplo, una ciudad de un millón de habitantes en la que se hayan producido 50 fallecimientos, tendrá una tasa de mortalidad de 50 muertes por millón o 5 por cada 100 000 habitantes.
La expresión per cápita significa ‘por cabeza, por individuo’, de modo que para expresar la misma realidad habría que hacerlo con una cifra bajísima (del 0,00005), pues se dividiría el número de fallecidos entre el de habitantes. Por eso, cuando se trata de informar de datos concretos resulta preferible emplear la tasa de mortalidad.
Otra cosa es cuando cualquiera de esas dos expresiones se usa sin acompañar a una cifra concreta en frases como «Bélgica es el país del mundo con mayor tasa de mortalidad por COVID-19» o «Bélgica es el país del mundo con mayor cifra de fallecimientos per cápita por COVID-19». En este caso, ambas fórmulas pueden considerarse válidas.