Lo adecuado es óptica, tal como recoge el Diccionario académico.
Se trata de una palabra que en femenino tiene varios sentidos, y entre ellos están el de la mujer que se dedica a esa profesión y el del establecimiento. Algo parecido pasa con frutero, por ejemplo, que es el hombre que vende fruta y el recipiente donde se pone la fruta, o con basurero, que es el hombre que recoge la basura y el lugar donde esta se arroja. El hecho de que haya sentidos coincidentes no impide el uso del nombre del oficio en masculino ni en femenino en función del sexo del referente.