Este término es una abreviación de la locución latina exitusletalis, que se emplea en el ámbito médico para referirse a los casos clínicos en los que la enfermedad ha llevado al paciente a la muerte; es decir, equivale a fallecidos.
Según el Diccionario de términos médicos de la Real Academia Nacional de Medicina, se pronuncia como voz esdrújula y es conveniente escribirlo en cursiva y sin tilde (como sucede, en general, con los latinismos).
También se puede encontrar castellanizado como éxitus, aunque lo recomendable es mantener la forma latina.