Una de las razones es porque hoy se distribuye la información en los libros de modo algo distinto a como se hacía antaño. Estrictamente, sería:
– anteportada (impar, donde solo se da el título);
– contraportada (par, con datos de la colección, pero habitualmente vacía);
– portada (impar, con el título, el autor, el pie editorial…);
– página de derechos (par, datos de derechos, depósito legal…).
No es raro que se llame contraportada a la página de derechos, aunque no sea realmente así. El DRAE define anteportada como una hoja, no como una página, porque antaño no era raro que fuera una hoja pegada a la encuadernación, y no una página más del primer pliego.
En periodismo se llama contraportada a la última página de un periódico, revista…