El término conspiranoia es adecuado y preciso para referirse a la tendencia a interpretar determinados acontecimientos como fruto de una conspiración.
Esta voz, acuñada a partir de conspiración y paranoia, se empezó a utilizar con sentido humorístico, irónico o despectivo, para referirse a la obsesión por las teorías conspirativas cuando se consideraban sin fundamento, basadas en datos falsos: «Si la conclusión parece la conspiranoia de un fanático, el libro ofrece pruebas contundentes» o «Esta circunstancia resulta determinante para la conspiranoia según la cual los gatos terrestres no son terrestres, sino espías de otro mundo».
Sin embargo, su uso se ha asentado en los últimos años ya sin ese tono despectivo o humorístico, y así se registra en el Diccionario de la lengua española con el significado de ‘tendencia a interpretar determinados acontecimientos como producto de una conspiración’.
Este sustantivo resulta muy útil por su expresividad y por la precisión del sentido, por lo que se ha normalizado en el uso, dado su valor claramente descriptivo de este fenómeno: «La edad de oro de la conspiranoia: por qué nos creemos las teorías más disparatadas», «La conspiranoia nos hace pensar que nada sucede al azar, que todo está conectado», «Obsolescencia programada: ¿conspiración o conspiranoia?».
El adjetivo derivado conspiranoico también es adecuado y se encuentra definido en el diccionario académico como ‘perteneciente o relativo a la conspiranoia’ y ‘que tiende a la conspiranoia’.
Puesto que se trata de palabras bien formadas, cuya grafía no resulta extraña al español, no es preciso destacarlas ni con comillas ni con cursiva.
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Una primera versión de esta recomendación se publicó el 28 de octubre del 2019. Esta última versión ha sido actualizada para incluir las novedades del Diccionario de la lengua española conspiranoia y conspiración en 2022.
Se puede escuchar también el pódcast en el que tratamos este mismo asunto.