Las expresiones botadura y puesta a flote no aluden lo mismo, por lo que se recomienda emplear la segunda para los submarinos.
Con motivo de la salida al mar del submarino español S-81 Isaac Peral, en los medios se encuentran frases como «El rey Felipe VI presidirá el próximo 22 de abril en Cartagena la botadura del submarino Isaac Peral», «El nuevo submarino S-81 ultima su botadura» o «En los próximos días será la botadura del submarino S-81».
La botadura es, según el diccionario académico, ‘el acto de botar’, es decir, de ‘echar al agua un buque haciéndolo resbalar por la grada después de construido o carenado’. Fuentes de la Armada confirman que, en el caso específico de los submarinos, la expresión más precisa es puesta a flote, ya que este tipo de buques no se botan, botar es llevar al agua, deslizándolos por unos raíles, a los buques construidos en una grada, normalmente después de romper contra ellos una botella. Los submarinos, y otros buques de gran tamaño, se construyen en un dique y su salida al mar se hace mediante el llenando de agua progresivo de un dique inundable. La botadura sucede en un tiempo relativamente rápido, el llenado del dique, por su parte, es un proceso que llega a durar unas 24 horas.
Por tanto, ya que ambas expresiones no se refieren a lo mismo, se recomienda emplear puesta a flote para los submarinos y buques de gran tamaño y botadura para el resto de las embarcaciones que sí se deslizan por raíles para llegar al mar. Así pues, en los ejemplos anteriores, habría sido preferible optar por «El rey Felipe VI presidirá el próximo 22 de abril en Cartagena la puesta a flote del submarino Isaac Peral», «El nuevo submarino S-81 ultima su puesta a flote» y «En los próximos días será la puesta a flote del submarino S-81».