Aversión, y no adversión, es la palabra recomendada para aludir al sentimiento de repugnancia o rechazo que se tiene hacia alguien o algo.
Es frecuente encontrar en los medios ejemplos como los siguientes: «Su adversión a Occidente les une», «La adversión por lo que hacía también crecía» o «También muestran adversión por algunos colores y texturas».
Según explica el Diccionario panhispánico de dudas, es preferible emplear la voz aversión, en lugar de adversión, con una d después de la a. El uso de esta forma puede deberse a un cruce con la palabra animadversión, que significa ‘enemistad, ojeriza’.
Se recuerda que el complemento de aversión suele llevar la preposición a, aunque también son válidas por, hacia o contra, aunque esta última es más rara.
Así, en los enunciados anteriores, habría sido aconsejable escribir «Su aversión a Occidente les une», «La aversión por lo que hacía también crecía» y «También muestran aversión por algunos colores y texturas».
