En la Fundéu BBVA trabajamos cada día para ayudar a los profesionales de los medios a hacer un buen uso de la lengua como forma de lograr una comunicación clara y precisa con sus lectores y oyentes. Una necesidad que se hace aún más patente en situaciones complejas como la que todos estamos viviendo en las últimas semanas.

Por eso, además de adoptar las medidas personales que aconsejan las autoridades y mantener nuestros servicios en la modalidad de teletrabajo, llevamos ya varias semanas dedicando buena parte de nuestras recomendaciones sobre el buen uso del idioma a los asuntos directa o indirectamente relacionados con la pandemia.

El mismo día 12 de febrero, cuando la OMS acordó dar el nombre de COVID-19 a la nueva enfermedad, publicamos una recomendación al respecto y poco después unas claves con varios consejos de redacción. 

CONSULTA AQUÍ LOS CONSEJOS DE FUNDÉU

Nuestros compañeros de la Agencia EFE en Pekín nos echaron una mano para saber cómo pronunciar los nombres de la ciudad y la región que fueron el primer foco de la enfermedad (Wuhan y Hubei, pronunciación) y también creímos oportuno recordar la escritura adecuada de las localidades italianas que la sufrieron más intensamente en su llegada a Europa (COVID-19, nombres de ciudades y regiones italianas).

Y, en este mismo blog, publicamos un artículo en el que recordábamos la importancia de las palabras que se eligen cuando se informa de un fenómeno como este (Los virus, el miedo y las palabras).

La pandemia… y sus consecuencias

Pronto vimos la conveniencia de ir publicando nuevas recomendaciones, no solo sobre los aspectos directamente relacionados con la enfermedad y su tratamiento (tasa de mortalidad, no tasa de mortandad o dar positivo en, pero también dar positivo por coronavirus), sino también con las muchas consecuencias que la situación empezaba a tener en todos los aspectos de nuestras vidas.

Las primeras repatriaciones de ciudadanos desde China nos permitieron recordar las conjugaciones adecuadas del verbo repatriar (repatria y repatría, acentuaciones válidas); la escasez de determinados suministros, que la palabra stock tiene alternativas en español, y las decisiones de aplazar todo tipo de acontecimientos, que ese verbo se puede construir con las preposiciones hasta y a (aplazado a y aplazado hasta, formas válidas).

Otras recomendaciones publicadas tienen que ver con la implantación masiva del teletrabajo y otras actividades en línea (teletrabajo, en minúscula y sin guion y en línea, por internet, digital…, alternativas a online), con la oleada de ventas en las bolsas (venta masiva, mejor que sell-off) y con la declaración, por parte del Gobierno español, del estado de alarma (estado de alarma, con minúscula inicial).

Y muchas consultas…

Como es lógico, muchas de las preguntas que recibimos estos días en nuestro servicio de consultas están también relacionadas con este asunto. Tratamos de responderlas todas y publicar en nuestra web aquellas que nos parecen interesantes para nuestros seguidores.

¿Lo adecuado es chinofobia o sinofobia?, ¿qué es una infodemia?, ¿se puede llamar cuarentena a un aislamiento que dure menos de cuarenta días?, ¿tiene nombre la parte interna del codo en la que nos recomiendan toser o estornudar?, ¿es lo mismo morir por coronavirus que morir con coronavirus?, ¿cuándo es apropiado usar la palabra reinfectado?, ¿es redundante hablar de una pandemia global?, ¿cómo se hace el plural de la sigla ERTE (de expedientes de regulación temporal de empleo)?…

Ahora hemos reunido todas estas claves lingüísticas relacionadas con el coronavirus en un especial para facilitar su consulta.

En los próximos días, todo el equipo de la Fundéu seguirá emitiendo sus recomendaciones y respondiendo a las consultas que planteen sus seguidores, que, como nosotros, se mantienen al pie del cañón informando a los ciudadanos en esta situación extraordinaria. Como ellos, nosotros pensamos que lo mejor en momentos como estos es seguir haciendo nuestro trabajo lo mejor que podemos y sabemos.