Para indicar que se retrasa el momento de realizar algo hasta otra fecha, tanto aplazado a como aplazado hasta son construcciones válidas.
En los medios es frecuente ver estos días titulares como «Coachella, aplazado hasta otoño por el coronavirus», «El Gran Premio de las Américas aplazado a noviembre», «Aplazado hasta finales de abril el Grand Slam de Ekaterimburgo por el coronavirus» o «El maratón de Barcelona, aplazado hasta octubre por el coronavirus».
Según indica la gramática académica, la alternancia entre a y hasta se aplica en el régimen de algunos verbos como aplazarse, alargarse o acercarse porque, en español, las dos preposiciones son adecuadas para designar el límite o el final de una extensión temporal, espacial o de algún movimiento. Por tanto, para indicar que termina el periodo de aplazamiento y que, consecuentemente, la actividad en cuestión será retomada, son válidas las preposiciones a y hasta.
Aunque los ejemplos anteriores son plenamente válidos, se recuerda que, en estos casos, es también posible optar por alguna reformulación como se hace en estos ejemplos: «La mayor parte de las empresas de China retomarán su actividad el 21 de marzo», «El resto de las empresas reanudarán su actividad con normalidad a finales de marzo» y «La prueba deportiva se celebrará en octubre», entre otras.