Con motivo de la grave sequía que está sufriendo Europa, se ofrecen algunas claves de redacción.
1. Hídrico, hidráulico e hidrológico no son sinónimos
Hídrico es lo ‘perteneciente o relativo al agua’ («recursos hídricos»); hidrológico alude a las propiedades del agua y su distribución natural en la Tierra («ciclo hidrológico»), e hidráulico, al estudio del equilibrio y el movimiento del agua, así como a la ingeniería de su almacenamiento y conducción («bomba hidráulica»).
2. El agua, pero las aguas, esta agua, poca agua
Ante sustantivos femeninos que empiezan por a tónica, se escribe el artículo el en lugar de la: «el agua». Sin embargo, esto no convierte la palabra en masculina. Por ello, lo adecuado es hacer la concordancia en femenino en casos como «el agua clara», «las aguas», «esta agua», «toda el agua», «mucha agua», «poca agua», etc.
3. Precipitar no es sinónimo de llover ni de nevar
El sustantivo precipitación alude al agua que procede de la atmósfera, normalmente en forma de lluvia o nieve, pero ningún diccionario recoge el significado del verbo precipitar como sinónimo de llover o nevar.
4. Símbolo del porcentaje separado de la cifra
La Ortografía de la lengua española establece que el símbolo del porcentaje (%) se escribe con un espacio de no división después de la cifra a la que acompaña: «Los embalses de la provincia de Cádiz se encuentran al 39 %». Para evitar que la separación resulte excesiva, se puede poner un espacio fino.
5. hm³, símbolo de hectómetros cúbicos
El símbolo hm³, en minúscula y sin punto, es el adecuado para los hectómetros cúbicos. Se recomienda escribir la cifra separada del símbolo con un espacio («200 hm³»). Los símbolos no tienen plural, por lo que lo apropiado es «3 hm³» en lugar de «3 hms³».
6. Desertización y desertificación son sinónimos
Según el Diccionario de la lengua española, desertización y desertificación tienen el mismo significado y pueden utilizarse en los mismos contextos. Sin embargo, algunas obras de referencia, como el diccionario Clave, establecen diferencias entre desertización (‘transformación de un terreno en un desierto’) y desertificación, que se aplica cuando la causa de ese proceso es la acción del ser humano.