Antiaéreo, no aéreo, es el adjetivo indicado para señalar que un refugio está preparado para proteger de ataques de aviones.
No obstante, se encuentran ejemplos como los siguientes en los medios de comunicación: «Se enmarca en el proyecto de rehabilitación del antiguo refugio aéreo», «El interior del refugio aéreo se ha conservado en perfectas condiciones» o «Se realizarán dos visitas a refugios aéreos».
El Diccionario de la lengua española define antiaéreo como ‘destinado a la defensa contra aeronaves enemigas o a mitigar los efectos de su ataque’ y ofrece de ejemplo la secuencia refugio antiaéreo, que registran además diccionarios combinatorios como el Redes o el Práctico. Se trata de un adjetivo formado a partir del prefijo anti- (‘opuesto’) y la base aéreo (‘perteneciente o relativo a la aviación’).
Como detalla la gramática académica, este tipo de formación se ha especializado en designar aquello que se pretende prevenir o evitar; en este caso, los ataques de naves enemigas. Al ser más exacta, se recomienda utilizarla, en lugar de aéreo, en combinación con refugio.
Así pues, en los ejemplos habría sido preferible escribir «Se enmarca en el proyecto de rehabilitación del antiguo refugio antiaéreo», «El interior del refugio antiaéreo se ha conservado en perfectas condiciones» y «Se realizarán dos visitas a refugios antiaéreos».