Los nombres científicos de las especies humanas, como Homo sapiens y Homo luzonensis, se escriben con mayúscula inicial en la primera palabra y en cursiva.
En las noticias no es raro ver escritas de modo inadecuado estas denominaciones: «Descubren al Homo Luzonensis, una nueva especie coetánea del Homo sapiens que vivió hace 50 000 años», «El Homo Sapiens surgió hace 200 000 años en el sur de Etiopía» o «Confirman que el homo erectus caminaba como el hombre moderno».
Tal como establecen las normas internacionales de nomenclatura zoológica, el nombre científico del género Homo se escribe con mayúscula y en cursiva. Cuando se menciona una especie concreta, se le añade un segundo elemento en minúscula: Homo sapiens, Homo erectus, Homo habilis. En algunos casos, puede haber un tercer elemento para la subespecie, también en minúscula (Homo erectus bilzingslebenensis).
Los nombres comunes —es decir, los no científicos— que aluden a las especies, a sus grupos o a sus individuos van en minúscula (salvo los nombres propios que contengan) y sin comillas ni cursiva: el cromañón o el hombre de Cromañón, el neandertal o el hombre de Neandertal. El Homo floresiensis también es conocido como hombre de Flores y, más informalmente, como hobbit; este último se escribe en minúscula, pues no es un nombre propio, pero en este caso sí va en cursiva por tener una grafía que no se acomoda a las pautas del español.
Por consiguiente, en los ejemplos anteriores, lo adecuado habría sido escribir «Descubren al Homo luzonensis, una nueva especie coetánea del Homo sapiens que vivió hace 50 000 años», «El Homo sapiens surgió hace 200 000 años en el sur de Etiopía» y «Confirman que el Homo erectus caminaba como el hombre moderno».
En campos como la sociología y la filosofía, entre otros, se emplean algunos giros latinos para referirse al hombre entendido en función de alguna de las características que se consideran propias de su naturaleza: homo oeconomicus (‘hombre económico’), homo faber (‘hombre que fabrica’) e, incluso, homo sapiens como concepto general de ‘hombre que razona’, no como especie. Como locuciones latinas comunes, se escriben íntegramente en minúscula, en cursiva o, si no se dispone de este tipo de letra, entre comillas.