#puestaapunto. Esta recomendación modifica una anterior, publicada el 14 de septiembre del 2005. Las academias de la lengua en el Diccionario panhispánico de dudas (2005) ya admitieron este nuevo valor de género en el campo de la sociología, pero en su incorporación al Diccionario de la lengua española (2014) no tiene marca alguna, en consonancia con el hecho de que ha pasado a ser una voz de uso general.
El término género puede emplearse en relación con las convenciones y funciones socioculturales que se asocian a ciertas características sexuales.
En los medios de comunicación es hoy muy frecuente encontrar esta palabra usada con este sentido: «Se adoptan leyes específicas contra la violencia de género», «Sin avances concretos en políticas de igualdad de género» o «La discriminación de género en ciencia todavía existe».
En la vigesimotercera edición del diccionario académico (2014), se ha añadido una nueva acepción de género: ‘grupo al que pertenecen los seres humanos de cada sexo, entendido este desde un punto de vista sociocultural en lugar de exclusivamente biológico’, por lo que los ejemplos anteriores son válidos.
Por otra parte, sexo alude en general a la condición de los seres vivos por la que se distingue el macho de la hembra. A la vista de la definición dada, el uso de género como mero sinónimo de sexo es impropio, como en «La hemofilia es una enfermedad congénita, casi exclusiva del género masculino», pues aquí se habla de la condición biológica, no sociocultural; en este caso se debería haber dicho «del sexo masculino» o, simplemente, «de los varones».
En español, el término género se había venido reservando para la categoría gramatical que clasifica las voces en masculinas, femeninas o, en ciertos casos, neutras, y que en alusión a personas o animales puede reflejar en ocasiones el sexo del referente.