#puestaapunto. Esta recomendación amplía y matiza una publicada anteriormente sobre el mismo tema.
En la mayoría de países hispanohablantes, un funcionario es una persona con un empleo público, pero es posible usar funcionario público en determinados contextos sin que sea redundante.
En los medios de comunicación se encuentran frases como «El artículo que crea una autocensura para quienes quieran denunciar a un funcionario público», «Se trata de saber si las empresas contrataron a un funcionario público para sus intereses» o «Si el delito fuera cometido por un funcionario público, este quedaría inhabilitado».
El Diccionario panhispánico del español jurídico define funcionario como ‘persona que presta servicios profesionales en una administración o institución pública en virtud de una relación estatutaria de derecho administrativo’. No obstante, también señala que funcionario público designa a un funcionario que tiene determinadas características, de igual forma que existen funcionarios de carrera, de hecho o interinos. Por lo tanto, en ese caso no sería una construcción redundante.
Igualmente, en México, Perú, Bolivia, Argentina y Uruguay, funcionario significa ‘empleado jerárquico, particularmente el estatal’, según el Diccionario de americanismos, lo que no excluye que sea empleado del sector privado.
En consecuencia, los ejemplos anteriores pueden considerarse adecuados.