El sustantivo chinocentrismo es preferible a sinocentrismo para referirse a la tendencia a considerar a China como el eje y centro de las políticas mundiales.
En los medios de comunicación se pueden ver frases como «Esta eclosión definitiva del sinocentrismo, sin embargo, depende, en gran medida, de lo que está pasando hoy en Pakistán», «En venganza de los estadounidenses por su sinocentrismo, amenaza con retirarle sus fondos» o «El “sinocentrismo” en el que se basa buena parte de la economía regional evidencia ahora sus debilidades».
En este contexto, es recomendable utilizar el elemento chino-, que remite a la pertenencia o conexión con el país, frente a sino-, que está vinculado al estudio de la lengua y la cultura de la China. Por eso, lo encontramos en palabras como sinología, sinograma, etc. y en expresiones como lenguas sinotibetanas, entre las cuales están el mandarín y el cantonés, y lenguas siníticas.
También son válidos los derivados chinocéntrico/a y chinocentrista.
Morfológicamente, todos estos son términos bien formados que no cabe censurar, aunque siempre es posible marcarlos con comillas si el redactor las considera necesarias para destacar su carácter novedoso, en función del texto concreto en el que se emplee.
Así, en los ejemplos anteriores, habría sido preferible escribir «Esta eclosión definitiva del chinocentrismo, sin embargo, depende, en gran medida, de lo que está pasando hoy en Pakistán», «En venganza de los estadounidenses por su chinocentrismo, amenaza con retirarle sus fondos» y «El chinocentrismo en el que se basa buena parte de la economía regional evidencia ahora sus debilidades».
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Se puede escuchar también el pódcast en el que tratamos este mismo asunto.