Los términos contraopa y antiopa, formados a partir de la sigla lexicalizada opa y los prefijos contra- y anti-, son perfectamente apropiados.
En las noticias económicas de los medios de comunicación es frecuente encontrar frases como las siguientes: «Florentino Pérez lanza una contra opa de 18.580 millones sobre Abertis», «ACS presenta una contraopa por Abertis a través de su filial Hochtief», «A vueltas con los blindajes anti-opa» y «La licitud de las medidas anti OPA en Estados Unidos».
Sin embargo, opa es una sigla ya lexicalizada (igual que ovni y sida, por ejemplo) y así se recoge en el diccionario académico. Se trata, por tanto, de un nombre común que se escribe en redonda y con minúsculas. Como tal, puede formar palabras derivadas uniéndose a prefijos como contra- y anti-. Y estos prefijos, como todos en español, se unen a la palabra sin espacio ni guion: contraopa, antiopa.
En los ejemplos anteriores, por tanto, lo adecuado habría sido escribir «Florentino Pérez lanza una contraopa de 18 580 millones sobre Abertis», «ACS presenta una contraopa por Abertis a través de su filial Hochtief», «A vueltas con los blindajes antiopa» y «La licitud de las medidas antiopa en Estados Unidos».