Las palabras formadas por un verbo con uno o varios pronombres añadidos al final (dímelo, cayéndose, deme, abrírtelo…) se acentúan según las normas generales y con independencia de si la forma verbal que las origina lleva tilde o no.
En los medios de comunicación no es raro encontrar frases en las que estas palabras se escriben de manera impropia, como en los siguientes ejemplos: «Dése una vuelta por el arte con las exposiciones virtuales del mes», «Conectáte con vos misma: respirá y observá el movimiento del cuerpo al respirar» o «La joven ha ido encontrandose con distintos productos de la gastronomía española por los pasillos del supermercado».
Como señala la ortografía académica, los pronombres me, te, se, lo/la, le, nos, os, los/las, les que van pospuestos al verbo se escriben unidos a este formando una sola palabra y esta se somete a las normas de acentuación generales. Se adjuntan en la lengua actual (con excepciones que explica la gramática académica) a las formas no personales del verbo —infinitivo (mirarte) y gerundio (mirándote)— y al imperativo (dele).
Estos pronombres, que son siempre átonos, se denominan clíticos (proclíticos si van delante del verbo y enclíticos si van detrás).
Aunque hasta 1999 la Ortografía establecía otros criterios, desde ese año señala que las formas verbales así creadas siguen las normas generales de acentuación: habrase o dele no se tildan porque son palabras llanas acabadas en vocal, mientras que entiéndelo o duérmete sí se tildan porque son palabras esdrújulas.
Esta norma incluye los imperativos en las formas de voseo, que pueden perder la tilde (de callá es callate y no calláte, por ser llana acabada en vocal) y la forma verbal dé, que pierde la tilde diacrítica en dele o deme (no déle ni déme), ya que no son monosílabos ni hay posible confusión con la preposición de.
Teniendo esto en cuenta, en los ejemplos anteriores lo adecuado habría sido escribir sin tilde «Dese una vuelta por el arte con las exposiciones virtuales del mes», «Conectate con vos misma: respirá y observá el movimiento del cuerpo al respirar», mientras que, por el contrario, al último ejemplo le hace falta: «La joven ha ido encontrándose con distintos productos de la gastronomía española por los pasillos del supermercado».