La expresión un giro de 180° es la adecuada para referirse a un cambio total con respecto a la dirección que se llevaba hasta un momento dado, no así un giro de 360°, que no implica este tipo de alteración.
En los medios de comunicación se encuentran frases como «Dé un giro de 360° a su vida: cambiar de vida es posible», «Su vida de superestrella y deportista de élite dio un giro de 360 grados», «La situación ha dado un giro de 360 grados» o «Es un giro de 360 grados en su política exterior».
Como explica la Real Academia Española en su cuenta de Twitter, para hablar de un giro en dirección diametralmente opuesta a la que se seguía, con uso también metafórico, los grados necesarios en el giro son 180, es decir, media vuelta. Utilizar un giro de 360° en este contexto es erróneo, pues tal cantidad equivale a dar una vuelta completa y volver al mismo lugar de origen.
Sin embargo, la expresión un giro de 360° no es errónea en sí. Esta indica una vuelta sobre un eje o en torno a un punto, por lo que es válida cuando se trata de tales casos: «Intentó realizar un salto de espalda con un giro de 360 grados y casi cae al vacío», «Sus brazos de doble eje proporcionan altura ajustable y un giro de 360° para encontrar la posición adecuada». Además, es usual en varios deportes para describir las piruetas realizadas que completan giros, como en «Travis Pastrana fue el primero en hacer un giro completo de 360 grados».
Por lo tanto, en los ejemplos iniciales se debería haber escrito «Dé un giro de 180° a su vida: cambiar de vida es posible», «Su vida de superestrella y deportista de élite dio un giro de 180 grados», «La situación ha dado un giro de 180 grados» y «Es un giro de 180 grados en su política exterior».
Por último, hay que recordar que, de optar al escribir por el símbolo de los grados en lugar de la palabra, este se escribe pegado a la cifra por no aparecer la escala en la que se mide: giro de 180°, no de 180 °.