Se recomienda que se empleen alternativas al participio traficada para aludir a una mujer víctima de la trata de blancas que, como se observa, se utiliza cada vez con más frecuencia en los medios de comunicación.
Las mujeres, víctimas del tráfico de seres humanos para ser luego obligadas a ejercer la prostitución, no son traficadas, pues ese participio no funciona como adjetivo en español, es decir, en nuestra lengua no hay nada traficado: ni «mujeres traficadas», ni «armas traficadas», ni «drogas traficadas».
Aunque sean más largas, hay que optar por otras construcciones para hacer referencia a ese problema social, como: «mujeres víctimas de la trata de blancas», «las víctimas del tráfico de mujeres», «mujeres víctimas de traficantes» o «mujeres obligadas a prostituirse».