La grafía tabulé, con tilde en la e, es la recomendada para la ensalada típica de Siria y el Líbano, mejor que tabule, tabbouleh o tabbule, entre otras.
En las secciones de gastronomía de diversos medios, este plato puede verse escrito de muy diversos modos, como se ilustra en los siguientes ejemplos: «No hace falta volar miles de kilómetros para saborear unos tabbouleh frescos», «Tabuleh de quinua con camarones, una fusión de la cocina mediterránea y la peruana» o «Una de las mejores cosas del tabule es lo fácil que es de preparar».
Tal como se explica en la cuenta de X de la Real Academia Española, el nombre de esta ensalada en la que se combina cierto tipo de trigo precocido con tomate, perejil y cebolla, entre otros posibles ingredientes, no se ha tomado directamente del árabe, sino a través del francés como tabulé, forma recogida en obras como el Diccionario de uso del español, de Moliner. Aunque en su origen es llana, al tener el intermedio del francés ha permanecido con acentuación aguda. Dado que ya cuenta con una adaptación asentada en español, que no necesita cursiva, lo más adecuado es atenerse a ella.
Es una voz masculina, aunque en ocasiones, tal vez por influencia de la voz ensalada, se ve como femenina. No es recomendable, por tanto, «La tabulé puede servirse como aperitivo» en lugar de «El tabulé puede servirse…». Su plural se forma de modo regular: tabulés.
En consecuencia, en los ejemplos anteriores habría sido más adecuado escribir: «No hace falta volar miles de kilómetros para saborear unos tabulés frescos», «Tabulé de quinua con camarones, una fusión de la cocina mediterránea y la peruana» y «Una de las mejores cosas del tabulé es lo fácil que es de preparar».