Los términos formados con el elemento sero-, que alude a los sueros, como seroprevalencia o serotipo, se escriben con ese inicial y sin espacio ni guion.
En los medios de comunicación no es raro que se escriban, a veces confundiendo sero- con el número cero, frases como las siguientes: «Se trata de un estudio de cero prevalencia que se realizará a nivel nacional», «La sero-prevalencia de las mujeres embarazadas en Nueva York fue de 1.3 %» o «Hay casos sospechosos en la zona y en algunos barrios existe el 0 tipo 2 del dengue».
Tal como indica el diccionario académico, el elemento sero- significa ‘suero’. En el ámbito médico se emplea a menudo para todo aquello que se basa en pruebas serológicas, es decir, en el estudio químico y bioquímico de los sueros, especialmente del suero sanguíneo.
Así, la seroprevalencia es la prevalencia de una enfermedad —es decir, la proporción de personas que la sufren con respecto a la población en estudio— determinada con análisis de sueros. Por su parte, un serotipo es una ‘variedad de un microorganismo identificada mediante un análisis serológico’.
Al ser un elemento que funciona como prefijo, lo adecuado, conforme a la ortografía académica, es que vaya unido a la palabra a la que afecta, sin espacio ni guion, no solo en los términos mencionados, sino también en otros como serodiagnóstico, seropositivo, seronegativo y seroterapia.
En consecuencia, en los anteriores ejemplos lo adecuado habría sido escribir «Se trata de un estudio de seroprevalencia que se realizará a nivel nacional», «La seroprevalencia de las mujeres embarazadas en Nueva York fue de 1.3 %» y «Hay casos sospechosos en la zona y en algunos barrios existe el serotipo 2 del dengue».