Pronosticar, según el diccionario académico, significa ‘conocer por algunos indicios lo futuro’, por lo que no es apropiado su uso para referirse al resultado de un sorteo, que depende única y exclusivamente del azar; para este caso, lo adecuado sería emplear el verbo predecir.
Es bastante común, sin embargo, leer y escuchar noticias en las que se «pronostica» el resultado de un sorteo, como los que se celebran para establecer las eliminatorias en algunas competiciones deportivas: «Los lectores pueden dejar sus pronósticos para el sorteo de la Champions en nuestra página», «El jugador blanco ya pronosticó el cruce con el club bávaro» o «No se cumplieron los pronósticos de muchos madridistas: el Real no se cruzará con el Barça en cuartos».
En todos estos casos lo apropiado habría sido hablar de predicciones, presentimientos o apuestas, pero no de pronósticos, pues en los sorteos, salvo que sean amañados, no se da ningún indicio o señal que ofrezca pistas sobre sus resultados y, por lo tanto, no pueden pronosticarse.
Se pronostica el tiempo, el resultado de un partido o una posible enfermedad porque se dispone de alguna información o indicio sobre ellos (una secuencia meteorológica habitual, el estado de forma de un equipo o una serie de síntomas), pero no se puede pronosticar el resultado de lo que solo depende del azar.