El verbo redimir no equivale a canjear ni a cambiar, por lo que no es adecuado hablar de redimir los puntos o los cupones de una promoción.
En los medios de comunicación es frecuente encontrar frases como «¿En qué se puede gastar lo ahorrado, cuánto vale cada punto y dónde redimirlos?», «Las estadías largas le dan cierto número de puntos que podrán redimirse en paquetes turísticos» o «¿Cómo puedo redimir en bonos los puntos de mi empresa?».
El Diccionario de la lengua española incluye dos acepciones de redimir que suponen intercambio de bienes: ‘comprar de nuevo algo que se había vendido, poseído o tenido por alguna razón o título’ y ‘dejar libre algo hipotecado, empeñado o sujeto a otro gravamen’; pero ambas implican la recuperación de algo que se poseía, lo que no sucede con los puntos, millas, cupones u otras unidades promocionales, que alguien canjea por productos o servicios que nunca fueron de su propiedad.
Es probable que este uso inapropiado de redimir provenga de una mala traducción del verbo inglés to redeem, que sí incluye una acepción de ‘canjear o cambiar’. Se recuerda, además, que la preposición que se emplea en español es por (canjear algo por algo o cambiar algo por algo) y no en.
Por lo tanto, en los ejemplos antes citados habría sido recomendable haber escrito «¿En qué se puede gastar lo ahorrado, cuánto vale cada punto y dónde canjearlos?», «Las estadías largas le dan cierto número de puntos que podrán canjearse por paquetes turísticos» y «¿Cómo puedo cambiar por bonos los puntos de mi empresa?».