El verbo recepcionar, usado sobre todo en los ámbitos administrativo y mercantil, conlleva alguna formalidad para mostrar que se da entrada a algo que se recibe.
No es raro, sin embargo, que el verbo recepcionar se use de modo inapropiado como mero sinónimo de recibir o, en ocasiones, de atender, como ocurre en las siguientes frases: «No hay personal para recepcionar las llamadas telefónicas», «Los pobladores recepcionarán más de mil turistas por día» o «El volante recepcionó bien la pelota y remató a la red».
Tal como señala el Diccionario de americanismos, de las academias de la lengua, recepcionar significa ‘dar entrada a algo, verificando que la cantidad, calidad y demás características se corresponden con lo que se pidió originalmente’.
Sin embargo, este significado no se aplica a los ejemplos anteriores, donde habría sido preferible «No hay personal para atender las llamadas telefónicas», «Los pobladores acogerán más de mil turistas por día» o «El volante controló bien la pelota y remató a la red».
Otro sentido de recepcionar, también válido, es el recogido en el Diccionario del español actual, que ofrece la siguiente definición: ‘aceptar algo que se recibe, especialmente una obra o construcción’, y con él se usa en «El polígono industrial será recepcionado por el Ayuntamiento antes de que finalice el año».