La forma quimiofobia es preferible a la alternativa quimifobia, para aludir a la aversión o el temor a las sustancias químicas y a los productos que las contienen.
En los medios, es posible encontrar este término escrito de ambas maneras: «La quimiofobia, la “moda absurda” que indigna a los científicos» y «Quimiofobia: los riesgos de temer en exceso a los químicos» o «Quimifobia: ¿solo lo natural es bueno?» y «Que la quimifobia no te paralice».
Estas voces son neologismos que se están empleando para aludir al miedo exagerado a las sustancias químicas y a los productos que las contienen. Formalmente, quimiofobia está compuesta por el elemento compositivo quimio-, que, según el diccionario académico, ‘indica relación con la química, sus productos y sus procesos’, y -fobia, que significa ‘aversión’ o ‘rechazo’.
Aunque la alternativa quimifobia no resulta incorrecta porque es una palabra formada por acronimia que, como tal, no es censurable, se prefiere la forma quimiofobia que emplea el prefijo quimio- íntegro, como se hace en otros términos formados con él (quimioterapia o quimiosíntesis).
Por ello, los dos primeros ejemplos se consideran adecuados, pero en los dos últimos habría sido preferible escribir «Quimiofobia: ¿solo lo natural es bueno?» y «Que la quimiofobia no te paralice».