El punto con el que se acaba un escrito o una división importante de un texto se llama punto final, no punto y final.
Sin embargo, en los medios de comunicación se emplea a menudo la variante impropia punto y final: «La procesión que puso punto y final a la Semana Santa», «La cantante pone punto y final a su vida en Barcelona y se marcha a Miami» o «El equipo pone punto y final a la temporada».
De acuerdo con el Diccionario panhispánico de dudas, el punto que se escribe al final de un escrito o de una división importante del texto se denomina punto final, y no es correcto el uso de la expresión punto y final, creada por analogía de las correctas punto y seguido y punto y aparte.
Esta expresión se emplea también para aludir a lo que da por terminado un asunto: «Aquel argumento puso punto final a la discusión».
Por tanto, en los ejemplos iniciales, lo adecuado habría sido escribir «La procesión que puso punto final a la Semana Santa», «La cantante pone punto final a su vida en Barcelona y se marcha a Miami» y «El equipo pone punto final a la temporada».
Asimismo, se recuerda que el plural de esta construcción es puntos finales.