El término pugnacidad designa la cualidad de ser belicoso, no una batalla o una rivalidad, para lo que se emplea el término pugna.
Pese a ello, en la prensa pueden leerse frases como «La pugnacidad por encontrar una vacuna terminó por convertirse en parte del enfrentamiento global de algunos países», «La pugnacidad por el control del grupo empresarial quedó patente durante la asamblea extraordinaria de accionistas» o «La pugnacidad entre Gobierno y oposición no permitió un consenso».
La voz pugnacidad se recoge en el Diccionario de la lengua española como la cualidad de ser pugnaz, que significa ‘belicoso, guerrero’, mientras que pugna es el conflicto o la oposición que se produce entre varios. Por ello, no es conveniente utilizar pugnacidad para hablar de enfrentamientos. En cambio, cuando se hace alusión a la cualidad de ser belicoso, lo indicado sí es usar este sustantivo: «Supongo que una pugnacidad así es motivo de psiquiatra».
Así, en los primeros ejemplos lo adecuado habría sido escribir «La pugna por encontrar una vacuna terminó por convertirse en parte del enfrentamiento global de algunos países», «La pugna por el control del grupo empresarial quedó patente durante la asamblea extraordinaria de accionistas» y «La pugna entre Gobierno y oposición no permitió un consenso».