La voz proxenetismo, con dos es, es la adecuada para referirse a la actividad de proxeneta, no proxenitismo.
Sin embargo, no es raro que en los medios de comunicación se encuentren frases como las siguientes: «Igualdad propone un pacto de Estado contra el proxenitismo», «Una opinión que ha venido a colación de la norma contra el proxenitismo» o «Se critica que el proxenitismo campe a sus anchas por las redes sociales».
La forma que designa el ‘acto u oficio del proxeneta’ es proxenetismo, escrito con dos es, tal y como recogen los principales diccionarios y obras de consulta. Se trata de una palabra creada por derivación a partir de proxeneta, registrada como ‘persona que obtiene beneficios de la prostitución de otra’, a la que se le ha añadido el sufijo -ismo.
Es probable que el uso inadecuado de proxenitismo se deba a un cruce con sustantivos como elitismo o favoritismo, de élite y favorito, y se considere la terminación -⁠itismo como sufijo. El término proxeneta contiene dos es que se conservan en sus derivados, como en el adjetivo proxenético (‘perteneciente o relativo al proxeneta’), y no proxenítico.
Así pues, en los primeros ejemplos lo conveniente habría sido escribir «Igualdad propone un pacto de Estado contra el proxenetismo», «Una opinión que ha venido a colación de la norma contra el proxenetismo» y «Se critica que el proxenetismo campe a sus anchas por las redes sociales».