Los verbos prever y prevenir tienen diferentes matices en sus significados, por lo que conviene no usarlos indistintamente.
Según el Diccionario de la lengua española, de la Real Academia Española, ambos verbos tienen sentidos cercanos: prever significa ‘ver con anticipación’, ‘conocer, conjeturar por algunas señales o indicios lo que ha de suceder’ y ‘disponer o preparar medios contra futuras contingencias’, y prevenir, ‘preparar, aparejar y disponer con anticipación lo necesario para un fin’ o ‘prever, ver, conocer de antemano o con anticipación un daño o perjuicio’, entre otras cosas.
Aunque en ciertos contextos puedan funcionar como sinónimos, cada uno de estos verbos ha especializado su uso, cuando se trata de algo negativo, con un matiz distinto que resulta útil conservar: prever se emplea sobre todo con el sentido de ver algo con anticipación y prevenir con el de verlo y tomar medidas para evitarlo.
Esta especialización semántica se aprecia sobre todo en el uso de sus respectivos sustantivos: se habla de prevención de las enfermedades crónicas o de prevención de riesgos laborales y no de previsión de las enfermedades crónicas o de previsión de riesgos laborales.
Así, en los medios pueden verse frases como «Los antecedentes familiares hacen prever una enfermedad cardiaca congénita» o «Cartilla para prevenir la obesidad infantil», en las que se hace patente esa distinción, junto a otras como «Este alimento es valioso para prever la diabetes y el colesterol» o «Prevé el cáncer mediante la alimentación», en las que habría sido preferible utilizar prevenir, ya que se refieren a ver con anticipación la enfermedad y tomar medidas preventivas contra ella.