Post mortem, que significa ‘después de la muerte’, se escribe en dos palabras, sin tilde y en cursiva, de acuerdo con la ortografía académica, que establece que las locuciones latinas han de recibir el mismo tratamiento que las de cualquier otro idioma; es decir que lo apropiado es escribirlas en cursiva.
Los medios informativos, sin embargo, alternan diversas grafías de esta locución: «La póliza de decesos cubre servicio de asistencia y asesoramiento postmortem», «Maduro se ha adueñado del efecto post mortem», «La autopsia y el informe post-mortem han sido realizados por un equipo de tres doctores», «En referencia a las lesiones en las zonas blandas, se determinó que fueron post mórtem»…
En los ejemplos anteriores, de acuerdo con la norma académica vigente, lo adecuado habría sido escribir post mortem, en dos palabras, sin tilde y en cursiva.