Se recomienda distinguir entre los términos pirata y corsario, pues, aunque son muchos los medios de comunicación que los utilizan como sinónimos, existe entre ambos una diferencia de sentido.
Un pirata es la ‘persona que, junto con otras de igual condición, se dedica al abordaje de barcos en el mar para robar’. Sin embargo, el corsario, aunque practique la misma actividad, lo hace protegido por una patente de corso (de ahí su nombre), una licencia concedida por un determinado Gobierno para saquear embarcaciones que se consideran enemigas.
Por lo tanto, en las informaciones de estos días sobre el secuestro del pesquero español «Alakrana» en aguas del océano Índico, debe tenerse en cuenta que, si se habla de corsarios, se está dando a entender que actúan con el aval -directo o tácito- de, en este caso, el Gobierno de Somalia.