La expresión patrimonio de la humanidad se puede escribir con minúscula, pues se trata de una declaración, pero también es válida la grafía Patrimonio de la Humanidad, con mayúsculas iniciales, si se entiende como una distinción.
Una declaración es la constatación de que algo o alguien reúne una serie de requisitos o condiciones, sin tener carácter exclusivo y a menudo con una serie de obligaciones y derechos asociados, como zona catastrófica, utilidad pública, parque nacional, bien de interés cultural, estado de excepción o persona no grata.
Al no ser premios ni galardones, sino meras etiquetas descriptivas, se escriben en general en minúsculas, como por ejemplo en «La asociación de voluntariado, declarada de utilidad pública, acompaña a estas mujeres». Sin embargo, en el caso de las ciudades o monumentos que han sido declarados patrimonio de la humanidad, no es rara y se puede considerar válida la aplicación de mayúsculas distintivas: «Padua ya es Patrimonio de la Humanidad gracias a los frescos de Giotto».
La denominación patrimonio de la humanidad, en el sentido en que se emplea normalmente, no es un nombre establecido de modo oficial, sino un modo informal de expresar que un bien merece especial protección con su inclusión en la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco.