La expresión números rojos, que alude a un saldo negativo en una cuenta bancaria o en la contabilidad de una empresa, no necesita destacarse con cursivas ni comillas.
En los medios de comunicación es frecuente leer frases como «IAG abandona los ‘números rojos’ tras la restructuración de Iberia», «FCC recorta sus ‘números rojos’ en un 91 % hasta junio» o «Los números rojos de los partidos políticos».
El uso de esa expresión para referirse a saldos negativos está asentado y se recoge en el diccionario académico desde 1984, por lo que no requiere resalte alguno.
Así, en los ejemplos anteriores habría sido preferible escribir «IAG abandona los números rojos tras la restructuración de Iberia», «FCC recorta sus números rojos en un 91 % hasta junio» y «Los números rojos de los partidos políticos».