Las construcciones de aprendizaje o de formación, aplicadas a novelas, series o películas, son alternativas válidas a la construcción inglesa coming of age.
En publicaciones culturales es habitual encontrar informaciones como «Un particular coming of age que fue abrazado por el destacado sello editorial español», «Protagonistas en la retrospectiva de filmes coming-of-age de la próxima Berlinale» o «Aquí te decimos los detalles de la nueva serie coming of age que promete emocionar a la audiencia mexicana en Netflix».
El extranjerismo coming of age (también escrito con guiones, coming-of-age) se aplica a producciones culturales en las que se muestra el desarrollo de la personalidad y el carácter de un personaje, desde la infancia o adolescencia hasta la madurez. Suele aparecer junto a un sustantivo genérico que indica el tipo de obra a la que se refiere («película coming of age»), aunque también es frecuente omitirlo («un coming of age»).
Este concepto surgió inicialmente en el ámbito literario, inspirado en el término alemán Bildungsroman, que significa ‘novela de aprendizaje’ o ‘novela de formación’, ambas denominaciones habituales y preferibles en español para referirse a este tipo de libros. Posteriormente, estas historias se han extendido a otros ámbitos, como el cinematográfico, para las que, por analogía, pueden emplearse construcciones como serie/película de aprendizaje o de formación.
De este modo, en los ejemplos citados habría sido más apropiado escribir «Una particular novela de formación que fue abrazada por el destacado sello editorial español», «Protagonistas en la retrospectiva de filmes de aprendizaje de la próxima Berlinale» y «Aquí te decimos los detalles de la nueva serie de aprendizaje que promete emocionar a la audiencia mexicana en Netflix».
Si se opta por mantener el extranjerismo, lo recomendable es escribirlo en cursiva (o entre comillas, si no es posible emplear la cursiva).