Las expresiones españolas ciudadano no grato o persona no grata y la latina persona non grata son las adecuadas para aludir a alguien que es rechazado por un Gobierno o una institución, pero nunca non grato, que mezcla latín y español.
En los medios de comunicación es habitual encontrar non grato, variante inapropiada a partir de la locución latina persona non grata (‘persona indeseable’): «Venezuela declara non grato al embajador de España» o «Se otorga el título de ciudadano non grato a todo el que ha llenado de basura la cisterna romana del siglo I a. C.».
Según el Diccionario panhispánico de dudas, el uso de non grato es incorrecto, ya que mezcla el adverbio latino non y el adjetivo español grato. Para que en latín concordara en masculino, habría que escribir non gratus.
La misma obra señala que la locución latina solo es válida en singular, por lo que desaconseja la fórmula personas non gratas para el plural; en ese caso considera preferible usar el equivalente español personas no gratas.
De este modo, en los ejemplos citados lo apropiado habría sido decir «Venezuela declara persona non grata al embajador de España» y «Se otorga el título de ciudadano no grato a todo el que ha llenado de basura la cisterna romana del siglo I a. C.».
Si se emplea la forma latina persona non grata, esta debe ir en cursiva o, si no se dispone de este tipo de letra, entrecomillada.