No ha lugar, con hache, y no no a lugar, es la expresión adecuada, ya que se trata de una forma del verbo haber y no de la preposición a.
La construcción haber lugar, que se utiliza sobre todo en el lenguaje jurídico para expresar que se dan las condiciones necesarias para que suceda algo, aparece en ocasiones en los medios de comunicación en frases como «Se decidió que no a lugar a la deliberación del proyecto» o «El fiscal declaró que no a lugar para formalizar ni continuar con la investigación preparatoria».
Como señala la Nueva gramática de la lengua española, las locuciones ha lugar y no ha lugar se construyen con la tercera persona del presente del verbo haber (ha) y no con la preposición a.
Así, en los ejemplos anteriores lo apropiado habría sido escribir «Se decidió que no ha lugar a la deliberación del proyecto» o «El fiscal declaró que no ha lugar para formalizar ni continuar con la investigación preparatoria».
Además, según el Diccionario panhispánico de dudas, en el presente de indicativo alternan las formas hay y ha, esta última más habitual en el lenguaje jurídico. La misma obra añade que lo adecuado es escribir el complemento que sigue a esta expresión introducido por las preposiciones a o para («No ha lugar al recurso de los acusados» o «No ha lugar para el recurso de los acusados») y desaconseja las construcciones en las que se suprime la preposición como «No ha lugar el recurso…».