Los clubes deportivos que incluyen en su denominación la ciudad en la que radican (Juventus de Turín, Steaua de Bucarest, Estrella Roja de Belgrado…) se escriben con el nombre tradicional en español de dicha ciudad, no con el de su topónimo original, tal como señala la Ortografía de la lengua española.
En esta misma línea, resulta más apropiado hablar del Burdeos, el Hamburgo o el Bolonia que del Bordeaux, el Hamburg o el Bologna, que son sus nombres originales en francés, alemán e italiano, respectivamente.
Sin embargo, en los últimos años, cada día es más frecuente encontrar noticias en los medios deportivos en las que se nombra a este tipo de clubes por su topónimo no adaptado: «El Napoli del técnico español Rafael Benítez sigue imparable», «Roger Federer, fanático del Basel, va a la cancha siempre que puede» o «Jackson Martínez marcó gol, pero el Porto perdió».
En estos casos habría sido preferible hablar del Nápoles, el Basilea y el Oporto, como se desprende del apartado «Topónimos extranjeros» de la Ortografía de la lengua española.
Respecto al Milán o el Milan, con o sin tilde, se trata de un caso singular, pues el nombre oficial de dicho club no refleja el topónimo italiano Milano, sino que opta por Milan, a partir de la denominación Milan Cricket and Football Club de sus fundadores ingleses Alfred Edwards y Herbert Kilpin.
Ambas opciones pueden considerarse válidas: si se atiende al mencionado criterio de adaptar al español los topónimos, lo apropiado será escribir Milán, con tilde, como ya sucede en Inter de Milán, a partir de F. C. Internazionale Milano; pero también es correcto, dada la excepcionalidad del nombre original, mantener la variante original sin tilde, Milan.