El término macroplán, que se escribe sin espacio ni guion, lleva tilde según las normas generales de acentuación.
En las noticias sobre los acuerdos adoptados por el G7, se pueden encontrar ejemplos en los que esta voz se está escribiendo de modo impropio: «Este macroplan de infraestructuras fue propuesto por Biden», «El macroplan de inversiones busca promover el desarrollo sostenible en países de ingresos bajos y medios» o «El G7 destinará 600 000 millones de dólares a un macro plan de infraestructuras».
Se trata de un palabra bien formada mediante la anteposición al nombre plan del elemento macro-, que, al ser aguda acabada en ene, requiere tilde: macroplán y no macroplan. Por tanto, es un caso similar a narcodrón o semidiós, que también llevan tilde, aunque dron y dios, como voces independientes, no la lleven.
Así, al igual que otros vocablos con elementos prefijados, lo apropiado es escribirlo junto, no macro plan ni macro-plan, y no necesita ni comillas ni cursiva.
En consecuencia, no son adecuadas las grafías de los anteriores ejemplos, en los que se debería haber escrito «Este macroplán de infraestructuras fue propuesto por Biden», «El macroplán de inversiones busca promover el desarrollo sostenible en países de ingresos bajos y medios» y «El G7 destinará 600 000 millones de dólares a un macroplán de infraestructuras».
Por último, cabe añadir que el plural de macroplán es macroplanes, que por ser llana acabada en ese se escribe sin tilde.