Para indicar que algo se recuerda o que merece recordarse, lo indicado es utilizar inolvidable o memorable, pero no inmemorable.
Sin embargo, en los medios de comunicación aparecen frases como estas: «La editorial rinde homenaje a las mujeres que han dejado una huella inmemorable en la literatura», «No solo se le recuerda por su inmemorable victoria» o «Carlos Gardel y Alfredo Le Pera integrarían una dupla inmemorable en la historia del tango».
Como recoge el Diccionario de la lengua española, el adjetivo inolvidable significa ‘que no puede olvidarse’, mientras que memorable se aplica a aquello ‘digno de memoria’. Por su significado próximo, ya que lo que no cae en el olvido permanece en la memoria, ambos términos son adecuados para designar lo que es recordable. El uso del adjetivo inmemorable, por el contrario, no resulta apropiado, pues este se utiliza para hablar de todo aquello ‘de cuyo comienzo no hay memoria’: «Es una planta muy utilizada desde tiempos inmemorables».
Por ello, en los ejemplos del principio habría sido preferible escribir «La editorial rinde homenaje a las mujeres que han dejado una huella memorable en la literatura», «No solo se le recuerda por su memorable victoria» y «Carlos Gardel y Alfredo Le Pera integrarían una dupla inolvidable en la historia del tango».
Se recuerda que, además de inmemorable, se puede emplear inmemorial, que tiene el mismo significado: «Desde tiempos inmemoriales, la humanidad se acompaña de sonidos».