Los términos incendiario y pirómano no significan lo mismo, por lo que conviene no usarlos indistintamente.
Sin embargo, en las noticias relacionadas con incendios forestales, es habitual encontrar frases como «Tres pirómanos detenidos en Córcega, donde han ardido más de 5000 hectáreas», «Los pirómanos y las negligencias desencadenan una semana de incendios en la Comunidad Valenciana» o «La Policía piensa en la existencia de más de un pirómano autor de los últimos fuegos en Teruel».
Un incendiario es alguien ‘que incendia con premeditación, por afán de lucro o por maldad’. Mientras que un pirómano es quien disfruta provocando fuegos y viendo las consecuencias del incendio, ya que sufre una tendencia patológica llamada piromanía, como recoge el Diccionario de términos médicos (Real Academia Nacional de Medicina de España).
Por tanto, en los ejemplos iniciales, puesto que no se refiere a individuos que padecen piromanía, lo apropiado habría sido emplear incendiario en todos ellos.