La palabra grogui (‘aturdido o atontado’) es la adaptación ya asentada en español de la voz inglesa groggy, por lo que es innecesario el uso del anglicismo procedente de la jerga pugilística.
En las noticias deportivas no es raro encontrarse con la palabra inglesa, incluso sin resalte alguno, pese a tratarse de un extranjerismo, como en «Tras el gol de Neymar, el Madrid estuvo unos minutos ‘groggy’» y «No pudo finiquitar a su enemigo cuando lo tuvo groggy contra las cuerdas».
Al igual que ocurre con fútbol, túnel o tobogán, entre otras muchas palabras de origen extranjero, grogui tiene un uso asentado y ya está recogida con esta grafía en el Diccionario de la Real Academia Española.
En consecuencia, en los ejemplos anteriores habría sido más adecuado haber escrito «Tras el gol de Neymar, el Madrid estuvo unos minutos grogui» y «No pudo finiquitar a su enemigo cuando lo tuvo grogui contra las cuerdas».