El verbo esperar, cuando se emplea para indicar que se espera algo que se desea, no va seguido de ninguna preposición.
Sin embargo, cada vez es más frecuente ver la construcción esperar por, probablemente por influencia del inglés, como en el siguiente ejemplo: «El jugador espera por un milagro para poder jugar la Copa Davis», cuando lo recomendable, tal como se explica en la Gramática de las Academias de la Lengua, sería «El jugador espera un milagro para poder jugar la Copa Davis».
Por la misma razón, tampoco es apropiado el uso de por cuando se habla de esperar a alguien o de esperar a que ocurra algo, pues en estos casos la preposición adecuada es a, de modo que en «Los taxistas piden que se pueda estacionar mientras se espera por los clientes» habría sido mejor decir «se espera a los clientes».
Sí es correcto, sin embargo, esperar por cuando la preposición tiene los valores propios de causa, duración, finalidad, etc., como en «esperó por su indecisión todo el día» (‘debido a’) o «esperó por veinte días» (‘durante’).