Érase una vez (o muchas más) la previa  (CRÓNICA)

Foto: ©Archivo Efe/Chema Moya

El padre de la inolvidable Laura Avellaneda de La tregua, novela maravillosa escrita por Benedetti, tenía por costumbre diseñar todos los trajes de su sastrería tomando como modelo no a cada cliente particular, sino el maniquí de la tienda. Previsiblemente, aquellos parecían contrahechos, mientras que el armazón con forma de persona estaba siempre la mar de elegante.

De manera similar, en los últimos tiempos se ha vuelto moda emplear la muletilla la previa para absolutamente todo —⁠remiendo, roto o descosido⁠—, hasta el punto de que su presencia es ya ubicua en las noticias deportivas.

Sin duda, un encuentro liguero no se disfruta solo mientras dura el juego, sino que halla su mejor salsa y condimento en las tertulias anteriores y posteriores entre amigos, en la porra inicial y el regocijo o decepción finales, esto es, en la previa omnipresente, sí, y en el indefectible pospartido. Pero ello no justifica el mareante abuso de esta expresión, que, siendo en sí misma adecuada, puede resultar ambigua y desde luego es cansina.

Como primer botón de muestra, una acepción de este adjetivo sustantivado que ya ha echado hondas raíces en periodismo es la de ‘nota, cobertura o información previa de algo’: «Conoce todos los partidos y los horarios en la previa de la jornada 5 de la Liga BBVA». Nada que objetar a este uso, ya se ha dicho, de no ser porque se cruza y enreda y forma bosque impenetrable con otros muchos.

En efecto, la previa equivale también a ‘rueda de prensa previa’ en «El entrenador celeste, Eduardo Berizzo, se mostró muy ilusionado en la previa del encuentro».

Ahora bien, ¿qué significa esta muletilla en «Luis Enrique, entrenador del Barcelona, compareció en rueda de prensa en la previa del partido ante el Málaga»? ¿Significa aquí ‘el día anterior’? Y si es así, ¿por qué no decirlo con esas palabras («… compareció en rueda de prensa el día anterior al partido…») y, si era martes, pues martes, y si viernes, que se diga viernes? ¿Dónde queda la pregonada naturalidad que defendía el profesor Mairena de Antonio Machado?

Pero no acaban aquí los usos de la previa: en una oración como «Los donostiarras se quedaron fuera en la previa tras una goleada en Rusia ante el Krasnodar», el sentido expresado pasa a ser la ‘fase previa’, donde, de nuevo, la previa cumple su cometido, pero, al igual que sucede con los medicamentos, en dosis excesivas perjudica.

Por último, más complejo es determinar el referente de la previa en casos como «El Celta y el Deportivo ya están inmersos en la previa del partido de esta noche en Balaídos» (¿se refiere a los entrenamientos?, ¿a la concentración en el hotel?); «En la previa del trascendental partido entre la Real Sociedad y Sevilla ha habido sorpresas en las convocatorias» (¿tal vez es la lista de titulares y suplentes?, ¿o de nuevo la rueda de prensa?), y «En la previa de cada Real Madrid-Atlético la historia se repetía» (¿equivale aquí a ‘los días anteriores’, con un referente masculino divorciado del artículo la de la previa?).

En definitiva, aunque previa solo aparezca en los diccionarios con valor adjetival, no hay nada malo en emplear la previa como sustantivo (como adjetivo sustantivado, más precisamente), donde previa pasa a cargarse con el significado del sustantivo omitido: nota, rueda de prensa, jornada, fase e, incluso en masculino, día.

Lo indeseable es su sobreabundancia en periódicos y ondas de radio, cuando la mayoría de las veces podría optarse por palabras que calzaran en el discurso o le sentasen como un guante.

De seguir por esta línea machacona, en lugar de escribir «Aquí está la previa con el once titular y las declaraciones del entrenador en la rueda de prensa celebrada el día anterior al encuentro correspondiente a la fase preliminar de la Liga de Campeones», terminaremos con frases tan contrahechas como los clientes del sastre de Benedetti: «Aquí está la previa con la previa de los convocados y las declaraciones del entrenador en la previa de la previa a la previa de la Liga de Campeones».

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